Yoyo Garduño Fotografía Cortesía Yoyo Garduño |
Dije que hoy terminaba con este especial y les voy a quedar mal, lo voy a extender una semana más, hoy quería publicar dos biografías de golpe pero no se va a poder, es demasiada información y con mucha importancia la que tengo que resumir, que es muy difícil dejar algo fuera con tal de publicar dos biografías en una misma entrada. Por lo pronto hoy les tengo una biografía más y la próxima semana (ahora sí) concluiré con este especial.
En esta ocasión repasamos la trayectoria del Señor Yoyo Garduño. La incursión del Señor Garduño a la lucha libre primero se da como aficionado desde que tenía 10 años, siendo visitante asiduo de la Arena Hidalgo y posteriormente de la Arena Puebla, su formación como luchador inicia en la década de los cincuenta: "Yo empecé a entrenar en 1955. los primeros días de enero de 1955, empecé a entrenar en la arena puebla y debute el 25 de diciembre de 1959..."
Fotografía Cortesía Yoyo Garduño |
Pero sus inicios como luchador no fueron tan sencillos, desde un principio se topó con dificultades y golpes (literalmente) que en conjunto hubieran desanimado a cualquiera, empezando con su visita al jardín de los ídolos, donde todos los que ahí entrenaban eran instructores:
"Ahí yo empecé a ir, me decían "vete! Que quieres? No puedes estar ahí! " Me corrían. Precisamente el primer golpe que yo tuve de un luchador, fue de uno que luchaba, se llamaba Pedro y luchaba como el dandy enmascarado, porque yo veía que agarraba al contrario de la cabeza y le metía el golpe de ante brazo hacia arriba... no sé que me paso y le dije oye Pedrito, ese golpe duele muy feo? Y que me agarra y mándelas! que me lo mete, me reventó las narices del golpe, fue la primera vez que tuve un golpe de luchador..."
La primera vez que intentó formar parte del grupo de luchadores que entrenaban en la Arena Puebla las cosas no cambiaron mucho respecto a lo sucedido en el jardín de los ídolos:
"...era el Polo Juárez, ya era maestro, yo me quedé parado, llegó él, saludo, puso la maleta y luego me atravesé. "Buenas tardes" Era mal encarado el viejo, le digo, ¿señor usted es el maestro? "Si, yo soy, qué paso". Perdone que lo moleste pero a mí me gusta mucho la lucha libre y yo quisiera ser luchador, entonces vengo a pedirle usted a ver si puede tener la amabilidad, de darme la oportunidad de que yo permanezca al grupo, que usted tan atinadamente dirige... ahí echándole verbo, tratando de lambisconearle abiertamente. Se me queda mirando y me dice: "mira muchacho, para ser luchador, hay que parecer luchador... y tú eres una pinche araña" Y ¡mandes! me da dos manazos, pero manazos de aquellos que mando hasta allá y aparte me dio la tos y me dice: "vete por ahí, mejor vete a comer ayocotes, ya cuando estés mejorcito regresas".
Fotografía Cortesía Yoyo Garduño |
A pesar de que en dos lugares ya le habían negado el acceso para entrenar y ser luchador, el Señor Garduño no se rindió y tomo cartas en el asunto. Primero, mejorando su físico, subiendo 9 kilos en un periodo de 8 meses, de 52 kilos pasó a los 61, entrenando por su cuenta en un pequeño gimnasio que estaba ubicado en la 11 Norte y la 7 Poniente y con rutinas que obtenía de una revista de físico culturista llamada Mr. Power.
Ya con un mejor físico, decidió probar suerte de nueva cuenta en la Arena Puebla. Pero ahora con la diferencia de que si lo dejarían entrenar, esto gracias al promotor Benjamín Mora Orta, lo que no cambio fue el trato que recibió por parte del luchador que se encontraba entrenando en ese momento al que le decían el Guama:
"...Vengo a aprender le dije. "Ah no luchas ni nada?" No, nunca he luchado. Me dijo, "sabes lo que es esto? (hace toma de referee)" No, me dice "es la guardia, pero se le llama toma" Entonces le entra y me jala, pero como yo no sabía nada de nada, me pongo tieso y entonces me empuja. Y otra vez pero ahora ya no me toma arriba, si no que me levanta la mano y me jala la pierna de izquierda y me la sube, pero como yo me puse tieso, hasta le brinque, entonces él me bloquea la otra pierna, me la amarra y caigo, pero caigo hecho gelatina, y a la hora que caigo, el se me deja caer y me mete el codo a las costillas. Yo me quedo tirado, se levanta este señor, se va para mi pie, y se lo mete así (señala a su abrazo) y troné así, como cuando partes un rábano, así trono mi tobillo, me zafó el tobillo ahí. Luego mis patadotas, mi espalda sonaba como los costales de maíz, y me daba mi patadota, luego mi cachetada y me decía "parece jijo de la...! ¿No que quiere ser luchador?" Yo no mas (hace gesto de protegerse)... hasta que entro Ray Vega, y le grito "¡ya déjalo, lo vas a lastimar!" Y ya que me empuja con los pies y para abajo..."
Después de este breve encuentro, estuvo enyesado por un mes. Pero eso no quedó ahí, regresó de nueva cuenta a entrenar a la Arena Puebla, primero en el aspecto físico. Cuando comenzó a trabajar la parte técnica de lucha libre, de nueva cuenta le tocarían golpes que hubieran alejado a cualquiera de la carrera de luchador. Por un lado el Guama le repitió la dosis de castigos a su tobillo izquierdo, después José Muñoz le zafó las dos muñecas y por último El Hércules Poblano le lastimaría el omóplato izquierdo. Hago enfasis que en que todas estas lesiones fueron tan solo en la etapa en la que apenas estaba empezando a entrenar lucha libre.
Fotografía Cortesía Yoyo Garduño |
Al saber por todo lo que pasó tan solo en su etapa de preparación, uno no puede dejar de preguntarse, ¿por qué siguió?, en su momento, alguien más le hizo esta pregunta: "En una ocasión un reportero del KO me pregunta, "Bueno Yoyo, ¿por qué si te dieron tan duro, por qué te quedaste?" Le conteste, por rencor, la verdad ya no fue por el deporte, si no fue porque dije, me las pagas, y me las pagas y me las pagaron todos, aparte de que les daba duro, lo hacía público, entonces los hacía quedar mal."
Esta forma de enfrentar a la lucha libre le rindió frutos, para 1962 protagonizó su primera lucha estrella, un máscara contra cabellera frente a Estrella Blanca (con quien tuvo una rivalidad que duró años), aunque al final perdería su cabellera frente al Santo Poblano. En 1964 le ganaría el campeonato de Peso Welter del estado de Puebla a Petronio Limón, dicho cetro estuvo en posesión del señor Garduño por un periodo de 12 años y 8 meses. Además de que en sus más de 30 años de carrera, recibió distintos reconocimientos por parte de la Comisión de Box y Lucha de Puebla: "...la lucha más larga, la lucha más espectacular, la más sangrienta, la más técnica, así todas, casi cada año, me llevaba un trofeo por parte de la comisión de box y lucha, y todos ellos fueron con tipos que al tiempo, fueron campeones mundiales..."
Además, el señor Garduño tuvo un breve paso por el mundo del box, donde de igual forma le tocó sufrir, pero en este caso no fue cualquier boxeador el que le hizo ver su suerte:
"Tire guantes con algunos boxeadores, una vez que vino aquí Kid azteca a pelear a la cancha de San Pedro, yo estaba empezando a hacer ejercicios en el juventud revolucionario y ahí vino a tirar guantes y me ofrecieron 10 pesos para aguantarle dos rounds ... y se los aguante, pero en el segundo round, lo sentí muy suavecito y que le digo, nos echamos otro round? "No, ya con eso está bien muchachito" Nos echamos otro, yo no le sentí nada. Y nos lo echamos, a los cuantos segunditos de que empezó el tercero me dejó ir el famoso gancho al hígado, fue cuando probé el gancho al hígado que no te duerme, te paraliza..."
Yoyo Garduño II, Yoyo Garduño y Yoyo Gardduño Jr. Fotografía Cortesía Yoyo Garduño |
El señor Garduño se retiraría en 1990, pero ahí no acabaría su legado en la lucha libre. Desde antes de su retiro ya entrenaba a futuros luchadores en su gimnasio ubicado en la 48 poniente a unas cuadras de la fuente de la China Poblana no con la misma intensidad y rudeza con la que él fue entrenado, pero si con un alto grado de exigencia. También fue secretario de la Comisión Municipal de Box y Lucha Libre de Puebla en la primera mitad de la década de los noventa dándole vida al Deportivo Xonaca con funciones semanales de lucha libre. Por último, dos de sus hijos (Yoyo Garduño Junior y Yoyo Garduño II) hicieron que el apellido Garduño siguiera presente en la Lucha Libre, primero formando parte de la Empresa Mexicana de Lucha Libre en los ochenta en la Arena Puebla y posteriormente trabajando para AAA como los Guerreros de la Noche.
Agradezco al Señor Yoyo Garduño y a su hijo Yoyo Garduño Junior por su tiempo y las fotografías que me prestaron para complementar este especial.
Me despido y los espero la próxima semana para la conclusión de este especial.
Francisco Arreola
@fcoarreola
Agradezco al Señor Yoyo Garduño y a su hijo Yoyo Garduño Junior por su tiempo y las fotografías que me prestaron para complementar este especial.
Me despido y los espero la próxima semana para la conclusión de este especial.
Francisco Arreola
@fcoarreola
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