viernes, 29 de junio de 2012

Visita a Las Tortas de Super Astro


Foto vía http://mx.fotolog.com/luchandoxlalibre


Segundo Viernes de opinión que no será así (Habrá que pensar en un nombre nuevo). En ésta ocasión les quiero compartir una experiencia de un viaje un tanto inesperado que tuve que hacer al DF esta semana. Nada grave, solo acompañe a mi hermana para que terminara un trámite.


Aprovechando que ibamos a estar más de un día en la capital del país, el Lunes por la tarde nos encontramos con una prima que teníamos años de no ver y nos fuimos a vagar los tres por el centro. No había mucho que hacer (no se si fue mala suerte nuestra o así son todos los lunes en el DF) los lugares turisticos obligados ya estaban cerrados.

La hora de la cena ya estaba cerca y hasta ese momento me acorde de un lugar famoso que todo aficionado a la lucha libre debe de visitar mientras esta en el Distrito Federal, Las Tortas de Super Astro. Por alguna estupida razón su servidor pensó que tan conocido local estaría en Coyoacan. Mi prima sin haber oido hablar del lugar, me hizo segunda y nos llevo a Coyoacan. Pero no sin antes, mi hermana desconfiaría de mi y le pidiera a un amigo suyo la dirección exacta del local.

Para no hacer más largo el cuento, llegamos a Coyoacan y mi hermana recibió la respuesta de su amigo. Las Tortas de Super Astro no se encuentran en esa zona. Mi hermana me dedicó esa mirada de pistola que toda mujer tiene. Ya estando ahí paseamos un rato, subimos al metro, nos despedimos de nuestra prima y regresamos al hotel.

Un día más en el DF, contando con la dirección y habiendo entendido como usar el metro, no podía dejar pasar la oportunidad de ir a las tortas de Super Astro. A pesar de lo sucedido el día anterior, mi hermana apoyo la idea (Lo cual agradezco). Dimos otra vuelta por el centro y tomamos el metro con dirección a la estación Balderas. Salimos de ahí y unas calles después ¡ Ahí estaba! Las tortas de Super Astro.

Por fuera parecía calmado, pero el friki/fan de la lucha libre que llevo dentro parecía chango con ataques. Entramos al lugar y vaya sorpresa que me llevé, no era el lugar que había visto en fotos, era mucho más pequeño y con diferente decoración, pero ya estaba ahí y tenía hambre. Nos recibió muy amablemente un señor (sin faltarle el respeto) bajito pero fornido y tomamos asiento en la barra. Detras de mi había fotografías de Super Astro, de la inauguración del lugar y cartulinas con los nombres de las tortas que se hacen en el lugar, como la Último Guerrero o La Babe Richard.

Pedí mi torta Ultraman y mientras comía tan sabroso manjar, no podía dejar de ver las fotos de Super Astro y compararlas con el señor que nos recibió (Hasta antes de aquella tarde no había visto a Super Astro sin máscara). Mi hermana se preguntó lo mismo que yo: “¿Ese señor es Super Astro?” Ante tal posibilidad el friki de la lucha libre se apoderó de mi. Mi hermana insistio que le preguntara, pero los nervios no me lo permitían. Ella se ofreció y sin que le pensara mucho: “Disculpe ¿Usted es Super Astro?” A lo que el señor respondio: “A sus ordenes señorita”

Creo que pelé los ojos cuando escuché eso y me puse más nervioso de lo que ya estaba. Mi hermana insitía en que hablara con él, pero yo seguía mudo de la impresión. Espero que comprendan mi reacción hasta ese momento, digo ¿Cuantas veces se les puede presentar la oportunidad de conocer a uno de sus ídolos? Y sobre todo poder platicar con ellos.

Mi hermana le hizo el comentario de que yo era fan de las luchas y ahí fue cuando me armé de valor. Le hice saber que estando en el DF tenía que comer en las tortas de Super Astro, solo asintió.

Tenía la duda si había perdido la máscara, él respondió rápido: “En el 90 ante Villano III” A partir de ahí la conversación mejoró. Nos contó que aquella ley que prohibe a los luchadores que perdieron su máscara volver a enmascararse en menos de 5 años no es la misma en todos lados, en Monterrey es de 3 años y en su natal Tijuana solo un año. Por lo que platicaba él es muy respetuoso de esa ley, inclusive cambió de personaje por una función, pero el público lo reconoció y regresó a luchar como Super Astro.

Nos plático otra anecdota, pero como fanático. En su curiosidad por conocer a un luchador sin máscara hizo un trato con el administrador de un hotel, vendería periodicos por una semana en ese hotel a cambio de que le ayudara a identificar a un luchador. Super Astro hizo su parte del trato y el administrador le dijo en qué habitación se quedaba el Rayo de Jalisco. La ventaja que tenía este hotel, es que las habitaciones estaban frente al estacionamiento.

Super Astro aguardó en el estacionamiento frente a la habitación del Rayo. Cuando al fin se abrió la puerta, salio un señor que caminaba encorvado y arrastrando los pies. Super Astro se molestó con el administrador del hotel, pero él insitía en que ese señor era el Rayo de Jalisco. Le sugirió que esperara a que saliera de su habitación otra vez, pero en esta ocasión se tenía que ir a la arena a esperarlo. Así lo hizo y vio llegar a este señor que caminaba encorvado y arrastraba los pies.

Tristemente se nos estaba termiando el tiempo y teníamos que regresar a Puebla. No sin antes tomarme una foto con él (Con Polaco Incluido).

¿Visitar las tortas de Super Astro fue lo que esperaba? No, definitivamente fue algo infinitamente superior que lo que tenía en mente. Disfrute todo, la comida muy sabrosa, un agua de jamaica bien helada para bajarla y lo mejor, tuve la oportunidad de platicar con uno de los gladiador importante de la lucha libre mexicana.

Fanaticos de la lucha libre, si están en el DF no pueden dejar de visitar las tortas de Super Astro y para que no cometan el mismo error que yo, el local se encuentra sobre la calle Luis Moya, casi esquina con Arcos de Belen, Colonia Centro, a 3 cuadras del metro Balderas. Y si tienen dinerito extra a 2 locales de las Tortas de Super Astro se encuentra la tienda de artículos oficiales de Solar.

La foto del recuerdo con todo y Polaco


Francisco Arreola
@fcoarreola

1 comentario:

  1. Sin duda, es un lugar muy rico, tienen un sazón particular con sus chilaquiles que saben muy ricos, aunque diferentes a los que me acostumbre en La Chilaquila

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