Prometo que la próxima semana les tengo algo de lucha mexicana, se me atravesó este encuentro de Japón hace unas semanas y no he podido dejar de pensar en él, tenganme paciencia.
Mientras tanto en Japón, hubo aquella vez que el fantasma de la opera Japonés quiso volver realidad uno de los bonus stage de Street Fighter II.
Naaa, ya ven que algunos promotores japoneses están un poquito chenchos, eso si, no tengo la menor idea a qué empresa adjudica esta lucha. Pues básicamente el fantasma de la opera japonés quiso que los luchadores de este encuentro usaran los autos como armas. El resultado, pues los gladiadores destruyendo los cristales de algunos de estos autos, aventando cohetes al interior de ellos y por supuesto haciendo lo más lógico, usar un extintor para intentar apagar la luz en el interior del automóvil.
Por supuesto, no podría ser un deathmatch japonés, si la vida de alguien no estuviera en peligro. En este caso, el público tuvo que evacuar el lugar debido al extintor... ¡Psh! Que nenas salieron esos aficionados, a nadie le hace daño respirar un poco de químico apaga fuegos.
En algún punto los luchadores recuerdan porque están ahí y regresan al cuadrilátero, avientan sillas y rines de llanta, se pegan con cadenas, y ahí queda la lucha.
Obviamente este deathmatch deja mucho que desear, pero resulta gracioso ver a los luchadores entrar en una especie de catarsis cuando están destruyendo los carros. Me despido y los espero la próxima semana, ahora si con algo de lucha mexicana y si no pa'l baile vamos.
Francisco Arreola
@fcoarreola
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